Hoy me gustaría escribir sobre mi relación con la literatura. Comencé a leer muy tarde, con veintitrés o veinticuatro años. Compré el primer tomo de relatos de Allan Poe traducido y comentado por Julio Cortázar de la editorial Alianza.
Desde entonces siempre me he preguntado lo que se cuestiona en el título del ensayo de Harlold Bloom: "Cómo leer y por qué". Quizá la respuesta esté en Chejov, "leer para ser mejor persona" o lo que se dice en "El Rey Pescador" a través de Robin Williams (en la película): "un libro puede cambiar tu manera de pensar".
Aunque nunca llegue a comprender realmente para qué leer y qué leer, leía cualquier cosa y leía todo lo que podía. Mi relación con la literatura es de profundo respeto a los libros porque así me lo enseñaron y nunca me interesó dudar de esta lección.
Borges dijo que cuando un libro aburre hay que tirarlo, pero yo los terminaba aunque me aburrieran porque no me consideré y nunca he sido ninguna autoridad, esto me trae a la cabeza el comentario del protagonista de "El Guardián entre El Centeno" que más o menos decía: "soy un analfabeto tremendo pero leo muchísimo".
Con la lectura ocurre algo que creo es muy común, la acumulación de libros. Querer leer más libros que el tiempo permite y no aceptar este límite. Recuerdo una novela "Los Normales" de David Gilbert en la que el protagonista disfrutaba más con el potencial que guarda un libro que con su lectura, pero bueno mejor dejarlo aquí porque la relación con los libros para todos es compleja, algo pasa y frecuentemente es insondable hasta para uno mismo y nunca está controlado.
José María.
2 comentarios:
José María, has conseguido hacer un bonito articulo y además me ha sorprendido que te acuerdes de tantas anecdotas y citas de tus lecturas. Enhorabuena.
Gracias
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