Desde ayer, 20 de marzo, se está materializando el desgraciado acuerdo al que la Unión Europea ha llegado para la expulsión de los refugiados con destino a Turquía (que se vende por un puñado de euros). Es evidente que Europa se salta a la torera uno de los grandes valores fundacionales de esta Unión: la solidaridad con los demás Pueblos del mundo.
Azahar, incienso, cera,... son los olores típicos de mi ciudad en una semana como esta en la que se celebra la Pasión y Muerte de Jesús, el tipo sobre el que se edificó una religión, una sociedad, una filosofía, una manera de ser y sentir. Con el paso de los años, siglos y milenios (ya van dos), cada uno ha interpretado como le ha salido del alma los valores de esta religión
Europa se vanagloria de su pasado cristiano y muchos son los que se dan golpes de pecho en defensa de esta tradición. Pero he aquí, que esos que tanto alzan la voz en esta defensa, luego son incapaces de vivir en los valores que tanto predican siendo incapaces de mostrar el más mínimo atisbo de humanidad y solidaridad.
Estos días, miles de ciudadanos españoles procesionan con su hermandades y cofradías en homenaje al sufrimiento y muerte de Jesús mientras, de forma paralela, miles de refugiados que huyen del horror de las guerras, "procesionan" hacia Europa en busca de solidaridad, en un camino donde lo han dejado todo, donde se juegan la vida,...para terminar encontrándose con el muro insalvable de la mayor de las vergüenzas del viejo y católico continente europeo: la deshumanización.
La Redacción.
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