martes, 24 de julio de 2012

ARDE ESPAÑA.

Hasta una colilla puede organizar este desastre.
Este verano esta siendo de los más dramáticos en lo que a fuegos forestales se refiere en este país. Los más llamativos han ocurrido en Valencia y Castellón, Tenerife, y los últimos en La Junquera y en la comarca del Alto Ampurda en Cataluña, así como el que se inició ayer en la región de la Hurdes en Extremadura.

El fuego a vista de satélite.
Los fuegos constituyen una lacra social-económica y medioambiental. A nivel ecológico tiene como consecuencia la destrucción de montes, bosques y parajes naturales; y a nivel social afecta a la posible perdida de vidas humanas de personas que se pueden ver afectadas por estos incendios al igual que a miembros de los equipos de extinción. Económicamente se ven afectados tanto el turismo como  empresas agrícolas y ganaderas. 

La quema de nuestros bosques y montes es un hecho grave y muy lamentable que está ocurriendo muy asiduamente estas últimas décadas. Tras los incendios vienen las labores de reforestación y regeneración natural de los mismos que tardarán mas de treinta años en recuperarse.

Evidentemente, ante este panorama, la prevención se antoja primordial. Hace falta personal cualificado para el mantenimiento y limpieza de los montes y bosques, sobre todo en los meses de otoño e invierno, y todo ello debido a la perdida de las antiguas tareas de limpieza y desbroce que realizaban agricultores y ganaderos y que hoy en día no se llevan a cabo.

También se antoja como muy importante la concienciación social. Creemos muy necesario que se realicen grandes campañas educativas tanto a las generaciones de jóvenes como a todo el público en general, al estilo de las campañas de tráfico que se realizan a nivel nacional. Por otro lado, se debería de reflejar como delitos muy graves en el código Penal los atentados contra la naturaleza.
Tras el fuego, desolación.

Ningún incendio más, ni en nuestro país ni en el resto del globo terráqueo.


Antonio Manuel y Rafa.

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