Aquel que allí vees al cerco traudado,
que quiere subir e se falla en el ayre,
mostrando su rostro sobrado donayre
por dos desonestas feridas llegado,
aquel es el limpio mancebo Lorenco,
que fizo en un día su fin e comienco,
aquel que era de todos amado...
Bien se muestraua ser madre en el duelo
que fizo la triste, después que yavido
el cuerpo en las andas sangriento tendido
de aquel que criara con tanto recelo;
ofende con dichos crueles el cielo,
con nueuos dolores su flaca salud
e tantas angustias roban su virtud,
que cae por fuerca la triste en el suelo.
E rasga con uñas crueles su cara,
fiere sus pechos con mesura poca;
besando a su hijo la su fría boca,
maldize las manos de quien lo matara,
maldize la guerra do se comencara,
busca con ira crueles querellas,
niega a si mesma repazo de aquellas
e tal como muerta biuiendo se para.
Juan de Mena (1411-1456).
Recopilado por Manuel Armentero.
Colabora Ignacio Pérez Jiménez.
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