El desnudo fue de los primeros géneros en irrumpir en el
mercado de la imagen a partir de 1880, cuando el proceso de producción y
reproducción de las fotos se hizo más sencillo y asequible. Las fotografías
se promocionaban, encargaban y vendían para un público cada vez más ansioso
por mirar, ya fuera por erotismo o con intenciones artísticas y académicas. Con
el cambio del modo de ver el cuerpo humano y de entenderlo, el desnudo tenía
de pronto el poder de transmitir una fantasía o vender un producto. El uso arbitrario
de los modelos masculinos y femeninos ligeros de ropa en los anuncios es un
fenómeno que nació de este germen y que revolucionó el lenguaje visual de todo
el siglo XX.
Las fotos de desnudos estaban presentes en la vida cotidiana
de finales del siglo XIX y principios del XX con una naturalidad entre curiosa
y lúdica y convivían con cierta armonía con los códigos morales más estrictos y
la censura. Había reproducciones de atrevidas instantáneas de cuerpos sin ropa
en postales,
carteles, estampas y cromos en las cajas de cigarrillos, revistas y anuncios. Artísticamente,
el medio de la fotografía(todavía joven y
novedoso) también era un filón para escultores y pintores, que podían
documentar la anatomía humana y hacer estudios preliminares.
"Sólo para fines artísticos" era la contraseña
habitual que los autores aplicaban a las imágenes para evitar la censura. Las
llamaban "fotografías del natural" y enfatizaban el uso divulgativo.
Para muchos artistas reemplazaron al modelo y las
academias de arte se hicieron con colecciones de desnudos como referencia para las
clases. Las poses correspondían a los cánones clásicos históricos de las
representaciones de dioses y héroes.
Los posados más sugerentes que no tenían la posibilidad de
ser disfrazados de estudios anatómicos eran a veces,
por su atrevimiento, encargados y vendidos bajo cuerda. Durante el reinado
—entre 1888 y 1918— del Káiser Guillermo II, cuando la amistad masculina se interpretaba como uno de los pilares del
sistema, hubo un incremento en la demanda de instantáneas
potencialmente homoeróticas relacionadas con la arcadia mediterránea. El placer prohibido se mezclaba con el arte.
El desnudo de carácter grecorromano fue cultivado con éxito
por autores como Wilhelm von Gloeden y los retratos de modelos
representando a sátiros,
efebos, apolos y pastores se
publicaron en revistas como Der Eigene, la primera
publicación homoerótica del mundo, junto a poemas, prosa y ensayos. Las mismas
fotos eran adquiridas curiosamente por etnógrafos especialistas o por
coleccionistas interesados en la etnografía (que además atesoraron testimonios visuales de habitantes de países lejanos para documentar la peculiaridad
física del salvaje), se utilizaban en
un contexto médico y servían a los naturistas para comunicar ideales sobre la armonía del cuerpo humano en la naturaleza.
También en el cambio de siglo la policía se
incautó de miles de instantáneas cercanas a la pornografía, pero el gran
número y la gran distribución de las fotos (muchas en colecciones privadas que
permanecían en casas familiares), convirtió la misión en imposible. Una vez
requisadas, muchas de las estampas prohibidas entraban a formar parte de un inventario
privado que se guardaba en lujosos álbumes de
cuero en las comisarías. La muestra incluye ejemplares del
único de estos álbumes que se conserva en Alemania y que pertenece ahora al Museo de la
Policía de la Baja Sajonia.
En el campo científico el desnudo fue revolucionario para
estudiar aspectos de la anatomía humana: el cuerpo podía
por fin ser comparado y evaluado en procesos y enfermedades. Las aberraciones y
peculiaridades físicas eran difundidas con mayor facilidad en la comunidad
médica y el
análisis de las actividades motoras se podía analizar con series de imágenes
de cuerpos realizando ejercicios. Eadweard
Muybridge, Ottomar Anschütz y Albert Londe se convirtieron en máximos
representantes del experimento fotográfico del movimiento.
La Redacción del blog.
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