Al picudo rojo, que está arrasando las palmeras de Sevilla y del
resto de España, se ha unido una nueva plaga, la del picudo negro
(Scyphophorus acupunctatus), que según el exjefe del Servicio de
Parques y Jardines de Sevilla, José Elías, ya se ha hecho notar en
nuestra tierra y está acabando, por ejemplo, con las pitas y aloes
en jardines de las urbanizaciones de la playa de Matalascañas, una
de las más frecuentadas por los sevillanos.
El picudo del agave (Scyphophorus acupunctatus) es una especie de
coleóptero polífago de la familia de los Curculionidae, propio de
América. Es una de las principales plagas que atacan la yucca y
varias especies de maguey (Agave spp., entre ellos el maguey pulquero
(Agave salmiana) y el maguey azul (Agave tequilana), de los que
seproduce el mezcal y el tequila, respectivamente; el Agave
americana, empleado como ornamental, y el Agave sisalana, empleado
para la obtención de la fibra sisal. Su larva, conocida como "gusano
rojo" o "gusano del maguey", es precisamente la
especie que se emplea habitualmente para dar sabor al mezcal.
El insecto apareció por vez primera en España en el año 2007, en
varios municipios de la provincia de Barcelona. A mediados del año
2012, el departamento de Servicios y Medio Ambiente del Ayuntamiento
de Jávea informó de que se había detectado este nuevo insecto que
atacaba a las especies vegetales del término municipal de esta
ciudad alicantina en zonas de Balcón al Mar, la ribera Gorgos y
otros puntos del término, aunque era fácil que se hubiera extendido
ya a otros puntos por entonces.
Así como el picudo rojo se alimenta de palmeras, el picudo negro
ataca fundamentalmente los ágaves o piteras (Agave americana),
aunque también pueden peligrar bajo su acciónlas yucas (Yucca
elephantipes) y los dragos (Dracena drago). El picudo negro se
diferencia del rojo por su menor tamaño (2,8 centímetros) y, como
su nombre indica, por su color negro.
Este insecto, llegado de México, es también voraz y puede acabar
con una planta que identifica al paisaje andaluz como las piteras.
Desde el punto de vista ecológico, la situación es bien distinta,
ya que la pitera se considera una especie exótica, ajena al
patrimonio natural autóctono andaluz y, de hecho, es retirada de los
entornos protegidos.
Ahora bien, según José Elías, lo sorprendente es ver la
devastadora imagen que ofrecen las plantas ornamentales de Aloe
atacadas por el picudo negro . El Aloe se ha utilizadoen muchos de
los jardines de Andalucía por su gran resistencia a la sequía. La
mayoría de las plantas procedían originalmente de África del Sur.
El picudo negro se beneficia de temperaturas elevadas con altos
grados de humedad. Mide unos 280 milímetros y este tamaño lo
convierte en el más grande de su especie. Aunque carece de alas, se
desplaza con rapidez.
La hembra de este tipo de escarabajo pone entre 300 y 500 huevos, y
es portadora de la bacteria Erwina carotovora, que ataca y corrompe a
la pitera o agave principalmente, ademásde los Aloes, dragos, yucas,
etcétera. La plaga es especialmente peligrosa para las zonas
costeras andaluzas y españolas, ya que esta especie prospera sobre
todo en los climas templados.
Adultos y larvas conviven juntos en el interior del tejido de la
planta y la consumen para su desarrollo, de forma que el daño
directo y las infecciones causadas por la proliferación de bacterias
y podredumbre acaban con la planta.
El biólogo Sergio Montagud ha advertido de la "necesidad
acuciante" de realizar un seguimiento del avance del picudo
negro para identificar las zonas afectadas y más sensibles a sus
efectos. "Debido a que muchas de las plantas afectadas se
encuentran cercanas o en el interior de núcleos urbanos, es
aconsejable que las autoridades autonómicas y municipales pongan en
marcha una red pública de alerta coordinada que permita la
identificación del insecto y su control", ha manifestado el
científico en este sentido.
Al respecto, agregó que en Norteamérica el picudo negro es desde
hace muchos años "una plaga importante en cultivos de agave"
-una planta utilizada para la destilación del tequila y otras
bebidas alcohólicas- y ha subrayado que "se ha demostrado la
eficiencia de los planes de control" desarrollados allí "
mediante trampas específicas de captura de los insectos".
El panorama de los jardines en la playa de Matalascañas
frente al ataque de este nuevo inquilino es muy preocupante y
su propagación se convierte, tras la del picudo rojo en las
palmeras, en un nuevo problema para la jardinería andaluza.
La redacción del blog. Extraído del periódico Viva Sevilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario