jueves, 8 de agosto de 2013

SÉNECA: UN FILOSOFO ANDALUZ.


Una de las contribuciones más importantes de Séneca a la filosofía occidental fue su capacidad para "transformar en experiencia vivida los razonamientos abstractos de la escuela". Antes que él "se repetía que el sabio era independiente de las cosas exteriores". El pensador, político y escritor romano, con raíces en la en la antigua Corduba (la actual Córdoba), "fue el primero en decir que uno de los requisitos esenciales de la sabiduría era moriren espíritu para esas cosas. Y fue también uno de los primeros en practicar ese precepto, tan importante en la vida espiritual de los cristianos". Así lo afirma el latinista Pierre Grimal (París, 1912-1996) en Séneca, un extenso ensayo sobre el filósofo publicado en 1991 que acaba de recuperar la editorial Gredos.

Analizar la obra de Séneca implica sumergirse en la historia moral de su tiempo. Su pensamiento actualiza las ideas de los filósofos griegos. El autor de las Epístolas morales a Lucilio atestigua una toma de conciencia, la de los romanos. Embarcados en la conquista del mundo, muchos de ellos descubrieron, como Séneca, que el dominio no sería completo si no conseguían adueñarse de su propia interioridad. Una conciencia que confluía en esos años con la formación del cristianismo. Lucio Anneo Séneca representa el testimonio de una época decisiva en la historia del alma humana. 

El pensamiento de Séneca, indica Grimal en sus conclusiones, se desarrolla en dos planos, el de la organización política y el de la sociedad. Y en sus meditaciones sobre el poder "había más que los gérmenes de una inmensa renovación", por más que el despótico Nerón, de cuya educación se ocupó, no siguiera con mucho rigor sus lecciones. 

Grimal divide su análisis en dos partes, Séneca en su época y Un filósofo alejado de la escuela. En la primera de ellas examina su origen cordobés. "Una mención de su patria figura en uno de los poemas de exilio y ha sido confirmada por un epigrama de Marcial, y la tradición medieval conoce a Séneca bajo el nombre de cordubensis", señala el experto. Córdoba era "una de las colonias más antiguas fundadas fuera de Italia, puesto que se remontaba a mediados del segundo siglo antes de nuestra era", y Séneca "provenía de una familia que tenía el gentilicio de Anneo". En el poema citado, Séneca muestra "un afecto real" hacia su ciudad natal: "Recuerda con emoción los días trágicos que padeció Córdoba en la época de las luchas entre César y los supervivientes del partido pompeyano, y luego una revuelta de los lusitanos que había puesto en peligro a los ciudadanos"; se define a sí mismo como "la gloria de Córdoba" y "su gran ciudadano" y hasta considera que la noticia de su exilio provocará un luto público. 

En el segundo capítulo, el especialista francés aclara que Séneca "en ningún momento es un hombre solitario" y que "cada gran momento de su pensamiento está dominado por el deseo, casi la necesidad apasionada, de ser útil a los otros hombres". Sobre su legado, Grimal considera que "es difícil calibrar la importancia, en la historia del pensamiento humano, de un hombre que tuvo la ambición de repensar el mundo y de descubrir tanto las leyes del poder entre los hombres como las de la felicidad propia de cada uno". Pero él defiende que este impacto es fuerte, a pesar del desprecio historiográfico que en algunas épocas ha sufrido el pensador estoico. 

La editorial ha prestado especial atención al filósofo de ascendencia cordobeses. En su catálogo pueden encontrarse sus tragedias, sus Diálogos, las Epístolas morales a Lucilio y títulos comoSobre la brevedad de la vida o Sobre la vida feliz. Gredos también ha publicado obras de su padre, Marco Anneo Séneca o Séneca el Viejo.

La redacción del blog.

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