jueves, 21 de junio de 2012

LA INVITACIÓN.


Eran las tres de la madrugada cuando los gritos de una chica me despertaron. La cancela se movía con energía y medio dormida bajé en silencio para no despertar a los vecinos. Era una chica bastante guapa y de conversación escasa, me dijo que había tenido un accidente en la Avenida y me sorprendió que llamase a mi casa con la cantidad de edificios residenciales que había desde la Avenida hasta aquí.

Le dije que pasara, ella usó el teléfono y llamó a su novio y me comentó que vendría a recogerla. Tras un buen rato me comentó que había llegado pero yo no le vi. Ella desapareció andando hasta su coche que había quedado destrozado según sus palabras.

Varios días después, cuando me encontraba de nuevo sola en la noche, volvió la misma muchacha y me volvió a repetir la misma historia, pensé que había tenido mala suerte. Le ayudé en todo lo que pude y volvió a marcharse.

A partir de aquella noche, empecé a verla sentada en el banco de la plazuela  y andando por la urbanización hasta que la cosa empeoró. Ya empecé a verla en el salón, en mi habitación, etc. Estaba muy asustada y comencé a gritarle que se fuera a lo que me respondió "no puedo, me has invitado a entrar aquí donde mi padre me mató, pero no pude volver porque en la rehabilitación de la casa se llevaron mi cuerpo y solo podía volver si me invitabas a pasar, ahora nada ni nadie me puede echar de aquí.

Salí de la casa, al día siguiente regresé con un sacerdote para que la echara de casa. Días más tarde apareció muerto y jamás volví a esa casa.

Hay que saber a quienes invitas a entrar en tu casa, tened cuidado porque os puede pasar a vosotros.

Danae.

2 comentarios:

Blog Unidad Rehabilitación Salud Mental Hospital Macarena dijo...

La verdad que da un poco de "canguele", felicidades por la historia.

danae dijo...

Muchisimas gracias!, para mi, es un honor que te haya gustado y que te haya dado miedo, era mi inteción.