jueves, 14 de junio de 2012

EXAMENES.


Eran las 9:30. Apenas salí del garaje de casa, empezó a lloviznar ligeramente. Había introducido las coordenadas del Centro Asociado de la UNED en Sevilla en el ordenador del coche, y éste comenzó a circular de forma autónoma hacia el destino marcado, con la exactitud de una máquina casi perfecta. Aproveché para dar un último repaso durante el trayecto a mis apuntes de Historia Económica. Sabía que el examen iba a ser duro. Un suave "bip" me alertó de la proximidad de mi destino. A lo lejos, vislumbré el holograma de la UNED, flotando en la fachada del edificio, y los nervios anidaron levemente en mi estómago. No lo podía evitar. Me ocurría siempre. Bajé del coche y mientras éste avanzó por la avenida, en busca del aparcamiento ya localizado y asignado, me dirigí con paso firme hacia la entrada del centro. Una vez identificado a través de mi huella digital, el ordenador me indicó el aula y las coordenadas del terminal interactivo que me había sido asignado...


Salí a la calle. Había cesado la lluvia. Mis nervios habían desaparecido casi por completo, dando paso a nuevas sensaciones: relax, agotamiento, euforia, inseguridad; todas a la vez. No podía dejar de pensar en la pregunta que había dejado sin contestar. "Las causas de la última crisis económica global a principios del siglo XXI fueron..." Ni idea. Me apetecía caminar y respirar el aire húmedo de aquella mañana de éxamen. En un instante vinieron a mi mente pensamientos intimamente relacionados con esos años, e imaginé, como había sido la vida entonces. Pero fue solo eso, un instante. A fin de cuentas, qué más daba. Era historia.

En mi interior y hacia mi mente afloraba insistentemente la sensación de haber superado la prueba holgadamente. Me lo merecía. Había estudiado una barbaridad. En aproximadamente veinte o veinticinco minutos, tendría en mi terminal, la nota final. Lo cierto es que nunca había logrado entender el porqué de tanta demora. Empecé a caminar impaciente. Sevilla, Febrero de 2051.

Pedro M. Rocha.
Colaborador externo del Blog.


1 comentario:

Ixchel dijo...

Me ha encantado!, tienes mucha imaginación, ojalá algún día el mundo este asi, pero también si poco a poco dejamos que las máquinas lo hagan todo por nosotros no disfrutamos de igual forma que si lo hacemos.