
Salí a la calle. Había cesado la lluvia. Mis nervios habían desaparecido casi por completo, dando paso a nuevas sensaciones: relax, agotamiento, euforia, inseguridad; todas a la vez. No podía dejar de pensar en la pregunta que había dejado sin contestar. "Las causas de la última crisis económica global a principios del siglo XXI fueron..." Ni idea. Me apetecía caminar y respirar el aire húmedo de aquella mañana de éxamen. En un instante vinieron a mi mente pensamientos intimamente relacionados con esos años, e imaginé, como había sido la vida entonces. Pero fue solo eso, un instante. A fin de cuentas, qué más daba. Era historia.

En mi interior y hacia mi mente afloraba insistentemente la sensación de haber superado la prueba holgadamente. Me lo merecía. Había estudiado una barbaridad. En aproximadamente veinte o veinticinco minutos, tendría en mi terminal, la nota final. Lo cierto es que nunca había logrado entender el porqué de tanta demora. Empecé a caminar impaciente. Sevilla, Febrero de 2051.
Pedro M. Rocha.
Colaborador externo del Blog.
1 comentario:
Me ha encantado!, tienes mucha imaginación, ojalá algún día el mundo este asi, pero también si poco a poco dejamos que las máquinas lo hagan todo por nosotros no disfrutamos de igual forma que si lo hacemos.
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