Ya llegó la Semana Santa a España. Aquí en Sevilla es muy conocido que
se vive con especial pasión esta tradición, como en tantos otros lugares. Cuando era pequeño me gustaba ir con mi familia a disfrutar de esta fiesta, mezcla de religión, arte, cultura idiosincrasia y también universal. En aquellos años era más fácil salir por el centro, cuando fui ya un joven iba solo a ver las cofradías, e incluso vi algún año La Madrugá. Me gustaba callejear por la ciudad y buscar sitios bonitos donde ver cada hermandad. Hace muchos años que no salgo a ver cofradías. Tengo un recuerdo en mi corazón muy especial de una de las últimas veces que, ya de casualidad, vi una, porque fue con la compañía de un amigo que ahora ya no está, aunque sigue vivo donde esté y en el espíritu de todos los que le conocimos y seguimos queriendo, que somos muchísimos. Aquel año pasamos mucho tiempo juntos y para todos los que nos reunimos es como si fuésemos a volver a verlo en cualquier momento, un día de estos. Hay que seguir guardando un sitio en el banco del parque, un taburete en el bar, una silla en la cafetería porque sigue con nosotros vivo en nuestro recuerdo y en la marca que dejó este amigo, que siempre ha sido un buen tipo.
Es muy difícil, realmente incomprensible lo cruel que puede llegar a ser la vida. Pero, insisto, sigue aquí, en nuestra reunión sigue presente, en el recuerdo de cada uno y de todos. Si algún año, en Semana Santa me encuentro por casualidad con un paso de alguna hermandad volveré a disfrutar con él porque todos lo llevaremos siempre presente en nuestra memoria.
José María.
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