- Trata de personas: inmigración, mujeres, niñ@s...etc.
- Tráfico de drogas.
- Tráfico de órganos.
- Tráfico de armas.
- Tráfico de animales.
- Vientres de alquiler.
- Tráfico de medicamentos.
- Tráfico de información (empresarial y personal).
- Tráfico de influencias.
- Tráfico con las ayudas solidarias.
- Adiestramiento infantil en conflictos bélicos.
- Captación de personas para cometer actos terroristas, etc...
Es evidente que el objetivo de estas actividades ilegales es la rentabilidad económica a niveles astronómicos.
La proliferación de este tipo de negocios está cada vez más inmersa en nuestra sociedad y va en aumento. La economía sumergida parece que es la salida de muchas personas que buscan dinero fácil, en una sociedad que no se atreve a controlar, del todo, determinados mercados.
Es triste que se juegue con la debilidad y vulnerabilidad de grupos que son susceptibles de engaños.
Las autoridades competentes, justicia, la administración y la falta de medios contribuyen a la no realización de una exploración, vigilancia adecuada y extensa, de esos negocios vejatorios.
Seguramente, se está perdiendo la educación en nuestra sociedad que no prioriza los valores humanos y la dignidad de las personas.
Robin, Julián, Tomas y Galván.
No hay comentarios:
Publicar un comentario