Es
difícil interpretar todos los dolores de la guerra con una sola
voz y que no se antojen prosaicos, repetitivos. La misma voz que no
entiende el interés de abrir una fosa común, al segundo está
recibiendo una brutal paliza a manos de los soldados
franquistas. Por hablar, por callar, por ser mujer. "Solo sois
mujeres, no sois nada”, repetían sus verdugos con la sorna propia
de quien se cree del sexo fuerte. Pero ellas no solo eran amas
de casa en el lugar inadecuado, también eran bestias de la trinchera
que defendían su ideología, aguantaban la sangre entre las
encías y se arrancaban las uñas magulladas después de los
puñetazos.
"En
España hacen falta muchos homenajes, pero el que más me duele es el
de las mujeres republicanas que lograron suplir unas carencias
hoy inimaginables", decía Almudena
Grandes sobre
las hijas de la Nueva España de los años 30. Solo
son mujeres,
la nueva obra del Teatro Abadía de Madrid, recupera ese dolor en
un tríptico de testimonios sobre el periodo más infame de la
Guerra Civil. Las olvidadas del
franquismo son cifras perdidas entre los registros de la policía,
son 13
rosas y voces
dormidas de la cárcel de Huelva, son las hijas de las militantes
exiliadas en Rusia y México.
La redacción del blog. Extraído de eldiario.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario