Barcelona está en boca de todos estos días (y no es por la política), esta vez es por los avances en tecnología móvil, en concreto celebrándose un congreso que atrae a más de 100 mil visitantes ávidos de hacerse con lo último en este sector, ignorantes en casi el 100% de los casos de la doble cara de esta nueva tecnología.
La tecnología móvil está muy desarrollada, pero nunca pensamos en cual es la cara oculta de este desarrollo. Efectivamente este desarrollo lleva consigo una fuerte servidumbre de la extracción de ciertos minerales, como ocurre con el Coltán (80% de su producción procede de la R.D. del Congo, país con una guerra endémica), que es utilizado en móviles, ordenadores, drones,... sin reportar beneficios tangibles y proporcionales en dicho lugar. A cambio de avances en tecnología tenemos miseria y falta de desarrollo en el país de origen de este mineral usado principalmente en los países más ricos. No es justo lo que ocurre y se debería compensar con infraestructura y riqueza tecnológica a los países de origen de los materiales usados por nosotros.
El capitalismo crece a costa de los países mal llamados pobres (muchos de ellos tienen unas riquezas en minerales desconocidas) que además se enfrascan en interminables guerras que permiten al primer mundo abusar de sus debilidades políticas, sin importar los métodos de extracción de esos minerales, donde generalmente se abusa de los trabajos en semiesclavitud de mujeres y niños. Las multinacionales arrasan con todo a su paso y muchas de ellas están acusadas de fomentar los conflictos armados de estos países para beneficio propio, aprovechándose de las distintas facciones en guerra que dominan las zonas de extracciones.
Y mientras nosotros lampando por tener los mejores móviles del mercado... una verdadera tragedia.
Antonio Manuel y María Jesús.
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