DEBATE DE (NO) INVESTIDURA.

Ayer hubo debate, ¡y vaya si lo hubo! , enchufados tanto a la radio como a la televisión vivimos un debate parlamentario como nunca lo habíamos hecho. Los análisis que se hacían en las diferentes tertulias radiofónicas y televisivas nos han dado a entender que Rajoy ya es pasado y que menospreció a la cámara parlamentaria con su discurso y sus ausencias.

Sin embargo Pablo Iglesias y Albert Rivera atrajeron la máxima atención; el primero por sus ataques a Rajoy pero siendo más contundente con Pedro Sanchez y con el líder de C´s, el cual atacó la postura del PP y sus basuras: derecha contra derecha, izquierda contra izquierda. Observamos que se está más cerca de unas nuevas elecciones y, lo de ayer, parecían más mitines de campaña que el debate de investidura. 

Aún así la posición de Pedro Sanchez fue valiente y audaz al querer ofrecer una oportunidad de favorecer un gobierno sin Rajoy, sin el PP, el causante de mucho sufrimiento en la sociedad española. Pero ello no quita que fue una intervención cargada de ingenuidad a la vista del resultado posterior, excesivamente previsible por los acontecimiento previos al debate.

Debate que para algunos resultó bronco, donde hubo demasiados reproches que al final terminan confundiendo a la ciudadanía. De antemano se conocía el resultado cuantitativo de la votación final. A los políticos los hemos votado para que lleguen a acuerdos y se dejen el orgullo en casa y deberían llegar al mejor pacto posible para la mayoría que lo ha estado pasando tan mal durante los años de la crisis. Eso si, amor, mucho amor también empieza a verse en el parlamento. ¡Bienvenido sea!.

Lorenzo y José Antonio.