A
ti, amor perdido, que me has dejado en la deriva, en la más absoluta
oscuridad, perdido y solo. A ti que te entregue mi vida y me has
traicionado. Por ti, que he conocido el dolor más intenso e
inimaginable, le pido al destino, encarecidamente, que hayas
encontrado a otra pareja que te haya hecho olvidar mi ausencia y
hayas sentido de nuevo lo grande que es estar locamente enamorado.
Después
de 20 año sin ti, no he logrado olvidarte, te sueño todos los
días, recuerdo todo los lugares que frecuentábamos. Aunque dice el
refrán que: “el tiempo y el olvido son hermanos gemelos”, yo no
he conseguido olvidarte.
He
tenidos otras relaciones, incluso he estado casado, pero como tu amor
no he conocido ningún otro. Y vivan los grandes almacenes.
Santiago.
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