miércoles, 12 de marzo de 2014

EL BREVE INSTANTE EN QUE NO ESTÁS CONMIGO.


De pájaros unidos volando esta llena tu mirada, esmeraldas y rubíes tu pelo, ojos llenos de esa luna redonda y precisa que cada noche se eleva en el cielo para contemplar la ciudad desde su puesto de vigía nocturno.


Es la luna solitaria el codigo de tus besos, utopia de un amor  inalcanzable, estrella fugaz que se nos escapa de la mano cuando mas deseamos asirnos a ella.

Nuestro amor, union de figuras fragiles que encuentran su consuelo en la persona de otro, olas que llegan apacibles a la orilla con eco de poesia marina despues de la tormenta,  eco furioso y traicionero, embarcaciones sorprendidas por la rabia del oleaje embravecido, severo, viandantes de senderos donde paseaban los enamorados y cuyas alamedas romanticas se pierden en la memoria de los amantes, lugares de parcelas cerradas y cadenas levantadas, bifurcándose en distintas direcciones, confundiendo nuestros sueños, poesias de amor olvidadas, sonetos de primavera que se transforman en inviernos duros, recintos de palabras vacias tan inexpresivas como su propia invisibilidad, corazones atrapados a inviernos febriles cubiertos por la helada escarcha de la mañana, tejados empapadoss de la tristes lagrimas que derrama la lluvia, pueblos blancos que adornan los montes con su sencilla pequeñez,  casas que brotaron del seno de los montes con campesinos que solo esperaban un refugio al resguardo de un buen fuego.

Tengo en el corazón el reflejo de tu voz, mientras tu imagen se distorsiona como una flor marchita, y el ruido callado de la soledad sera testigo de nuestra defnitiva separacion. Que no entren ya mas bandadas de pajaros con sonetos de amor colgados de sus alas abiertas al viento. Que mi corazon ha aprendido ya que es la desdicha del desamor. 

Ignacio Pérez Jiménez.

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