lunes, 25 de marzo de 2013

EL USO DEL CASCO EN LA BICICLETA.

Mucho se esta hablando estos días por la intención del ministerio del interior de obligar a utilizar el caso cuando usamos la bicicleta en los desplazamientos por nuestras ciudades, ya esta norma es obligatoria para aquellos que salen por el campo y por carretera.

Aquellos que se muestran en contra alegan que no existen estudios estadísticos que muestren que el no usar el casco pueda dar altos números de personas que sufran graves lesiones por traumatismos craneoencefalicos y, también, que esto supone que muchos usuarios de los servicios de bicicletas públicos o de alquiler verían mermados su uso y de esta forma el esfuerzo que han realizados ciudades como Sevilla para implantar el uso de este vehículo estaría en entredicho.

Ciertamente hay opiniones para todos los gustos, la tormenta pasara de una u otra forma. Si obligan a usarlo, seguramente muchas personas dejaran de utilizar asiduamente la bicicleta por el engorro que supone llevar un casco, pero si finalmente no lo obligan y se convierte en algo voluntario acabará imponiéndose en el 90% de los usuarios como algo cultural.

Sevilla no está ajena a este profundo debate. A muchos de los que nos gusta salir a pasear o ir al trabajo en bicicleta ya se nos ve con nuestro casco sin habérnoslo impuesto absolutamente nadie y cada vez el número es mayor. Estoy absolutamente convencido de que los que creemos en este modelo de movilidad ciudadana no dejaremos de usar nuestras bicicletas o la de los servicios de alquiler por la sencilla razón de que nos quieran imponer algo, lo seguiremos haciendo con y sin casco y terminaremos viéndolo como una medida más de seguridad.

Con obligación o no el uso de la bicicleta mola un montón.

Raluca.

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