lunes, 7 de marzo de 2016

Y ME TOCÓ VIVIR LA VIDA.

Vivir en este país, con esta situación de chupada de energía, consecuencia de la mala vida que nos están haciendo pasar a los que un día "tuvimos" un trabajo más o menos digno, con un salario que nos permitía cubrir nuestras necesidades más básicas y llevar una vida digna: comer, vestir, pagar las facturas de luz, agua, comunidad,... salir de vez en cuando a alternar con los amigos, algún día ir a la playa y/o al campo con los hijos, en fin la vida de cualquier "españolito de a pié".

Esto se ha convertido en todo lo contrario ¿sirvió el sacrificio de nuestros padres para darnos una educación mejor? ¿sirvió sacrificarnos para obtener becas que nos diesen una mejor formación?. Estas y muchas preguntas más son la que me hago a día de hoy, cuando toco fondo, después de tanto trabajo y esfuerzo para responder y devolver a la sociedad y a mis padres todo aquello que me habían ofrecido, de la misma manera que ellos lo habían hecho. 

Sin embargo, todo lo conseguido en su momento se ha desvanecido, todo se ha derrumbado, la crisis nos convierte en miserables, acudiendo de un sitio a otro con lagrimas en los ojos reclamando (pidiendo) dignidad para mi y mi hija, moviéndome para poder seguir viviendo y manteniéndome bajo el techo que tanto sacrificio me ha costado, sin necesidad de tener que llorar ante los trabajadores sociales,... 

Y a pesar de todo ello, me doy con un canto en los dientes ya que por "suerte o por desgracia" cuento con mi certificado de minusvalía debido a mis "etiquetas" de salud mental (trastorno bipolar, bulimia nerviosa y trastorno de la personalidad). Todo aquel que no tenga esta "gran suerte" difícilmente está sobreviviendo actualmente en este país. Sin estos "papeles", estás en braga, el Estado se ha plegado a los dictados de los poderosos y solo te queda como salida el recurrir a las distintas Ong´s que se esfuerzan en proporcionar lo mínimo imprescindible para seguir en pié. 

Lía.

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