El próximo domingo, el programa de Salvados de Jordi Évole (y un artículo de hoy en el eldiario.es), está dedicado al abuso de las grandes distribuidoras de ropa a low cost, que mantienen talleres textiles en ciertos países asiáticos donde se explota a niños y niñas en régimen de semi esclavitud, al igual que a muchos adultos a los que no se les reconoce ningún derecho laboral.
Después de leer una noticia sobre la esclavitud y el desprecio que las grandes empresas hacen de la vida de las personas en los países empobrecidos, a las que someten para que en el mundo rico vivamos con un estilo de vida de consumo masivo, no se puede evitar la reflexión de que las ayudas que estos países reciben incluso por parte de estas empresas multinacionales, es el precio maldito que pagan por tener un mayor número de personas ocupadas sin importar ni las condiciones ni sus salarios, convirtiéndose en esclavos del mundo rico y perpetuando su pobreza, pasando desde los adultos hasta la utilización de los niños para lo que requiera el sistema en el que estamos inmersos.
El propio sistema, con la connivencia entre estos estados con las multinacionales, que les ayuda es el que implícitamente exige y ejerce la agresión hacia estas poblaciones sin dejarles progresar y emerger hacia una vida digna y libre, así como obstaculizarlo de forma insalvable, deteriorando progresivamente la vida de estas personas, que seguro deberían contar con la intervención de la sociedad occidental en la mejora de sus condiciones laborales proporcionando normas y salarios dignos, incluso serían competencia de las empresas que constituyen los oligopólios, aunque uno sospecha que estos mismos son los que impiden que se avance en las mejoras. Lo peor es que ésta es la conclusión a la que inevitablemente siempre se llega al aproximarse y pensar un poco sobre este drama.Para informarte más puedes hacerlo leyendo el artículo que hemos leído en eldiario.es pinchando aquí.
José María.
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