La ciudad más turísticas del mundo, la Ciudad de la Luz o también del Amor, se vio convertida el viernes pasado en la Ciudad del Horror. Unos indeseables en nombre de Alá dispararon sin piedad contra quienes se les ponían por delante. Pero, Dios o Alá ¿No están lejos de estos abominables actos? ¿Dios no es amor? ¡ Pues claro que si!, pero que se lo digan a las familias de los asesinados que pensaran en un porqué para tan horrible desgracia. 
Han sido unos caóticos atentados y como recogen las imágenes y reportajes que hemos visto, el miedo y el sufrimiento han sido invocados por la Yihad, que intentan sembrar el terror a los que ellos consideran infieles. Tras esta barbarie cabe esperar que Europa y las Naciones como Rusia y Estados Unidos frenen el caos y el desastre que provoca el Estado Islámico.
Resaltar la radicalización que tienen estos musulmanes que mal inculcan desde temprana edad con el fin de inmolarse (para mayor gloria de Alá y con el premio del paraíso) para hacer daño e intentar atemorizar e imponer su religión. El petroleo u Oro Negro, hacen de Oriente Medio una zona del planeta muy rica, siendo una zona clave estratégica geopolíticamente hablando, ya que quién controle la zona controlará África, Asia y Europa. A estas alturas solo podemos esperar una cosa: que no se vuelva a repetir y que se haga justicia.
Carmen Y Paco.
1 comentario:
Estimados Carmen y Paco: comparto con ambos el trabajo publicado sobre los atentados de París. Ya a nadie puede sorprender estos acontecimientos porque los yihadistas están cegados por el odio que les meten desde pequeños y están entrenados para inmolarse y causar el mayor desastre posible. Esperemos como decís que no se vuelvan a repetir estos atentados, pero me temo que no serán los últimos. Un cordial saludo. José Cuadrado.
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