“Salió el sol, sus rayos se colaron por la ventana y despertó. Se frotó los ojos para observar a su alrededor, no estaba en casa. Comprobó con gran asombro que se encontraba dentro de un gran globo. Así fue como comenzó a vivir en aquel globo misterioso y desconocido”. De este modo arranca un libro infantil dirigido a niños que viven en su entorno familiar la violencia de género, sobre todo aquellos que se encuentran en centros de acogida. Una niña es la protagonista y el hilo conductor de la historia. Pasará de los primeros momentos de incertidumbre que le provoca todo el proceso –la salida del hogar para estar en un lugar desconocido– a vivir otras sensaciones, como la seguridad, la felicidad o la protección. El globo gigante, así, se convierte en la metáfora de los centros de acogida por su carácter transitorio, al ser un viaje de ida y vuelta.
Esta es una iniciativa literaria con textos de Susanna Isern e ilustraciones de Silvia Álvarez. La primera de ellas es una psicóloga experta en intervención logopedica, mientras que la segunda es una diseñadora gráfica e ilustradora que da vida a una serie de personajes con los que los menores pueden identificarse fácilmente. En concreto, El viaje en globo, que es el título del cuento, va dirigido específicamente a menores de hasta 12 años que residen en centros de acogida y su fin último es minimizar las consecuencias negativas de la exposición a la violencia de género en la infancia.
De esta forma, la iniciativa pretende reducir el impacto producido por las experiencias vividas y la disgregación del núcleo familiar, así como facilitar el proceso de acogida a los menores que ingresan junto a sus madres en estos centros. Mediante la identificación con los personajes protagonistas de la historia, la obra intenta facilitar el proceso de adaptación a la situación de acogida –dejar su casa, cambiar de colegio, de ciudad o convivir con otras personas a las que apenas conoce– con las mínimas consecuencias traumáticas, al tiempo que contribuye a la incorporación de valores positivos y a la creación de un ambiente de seguridad y respeto.
“Es una reivindicación del Instituto Andaluz de la Mujer y de la Junta desde hace años hacer visibles a esos menores y también a las necesidades que se les plantean porque son víctimas directas y sufren, por ello, graves patologías psicológicas, emocionales, sociales, cognitivas y físicas en función del tipo de exposición a dicha violencia, ya sea como testigo, como víctima directa o como participante”.
El proyecto contempla la impresión de 1.000 ejemplares del cuento, así como la realización de un mural gráfico de gran tamaño que sirva como elemento de bienvenida en los centros de acogida.
En él se ofrece un mensaje claro de cuáles son las características especiales de su nueva residencia, así como normas y derechos para respetar o la convivencia con otras personas.
Desde este humilde blog damos la bienvenida a este tipo de iniciativas que tratan de paliar las consecuencias que trae consigo la violencia de género en menores de edad.
La redacción de blog.
3 comentarios:
El otro día leí una frase que decía:
El que trata a su pareja como una princesa, es porque ha sido criado por una reina.
No quiero crear mal entendidos, y cargar sobre las espaldas de las victimas de los malos tratos, toda la responsabilidad. LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS CORRESPONDE POR IGUAL A LOS DOS PADRES. Pero que hacer si uno es un maltratador? En cualquier caso, lo que no se puede hacer es darle la custodia a él o a la familia de él, después de haberla matado.
El uso de la violencia para conseguir cualquier fin es digno de condena, pero encima si va dirigida a los mas débiles en este caso los niños me parece aún peor. Educación, respeto y condena a quien la ejerce.
DESDE LUEGO QUE ESTA ESuna de las lacras de lnuestra sociedad. todo las medidas que se ponga para paliar este cancer social son poco. cada vez que una mujer muere a manos de un hombre o que la vida de un niño se ve mermada por la tortura de este calvario es un paso atras en el que la sociedad pierde.
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