¿Que pensaría Juan de Mesa cuando esculpía el rostro de Dios en el Gran Poder?. ¿Que soñaría La Roldana al ponerle cara a la madre de Jesús a través de la Esperanza Macarena?. ¿Como imagino Rodríguez Ojeda la mejor manera de que la fe y la devoción se complementasen con la belleza barroca de los bordados?. ¿Y Cayetano González, en que se inspiró para repujar de esa manera altares andantes para que Cristo se hiciese presente en la ciudad?.
Si alguno de ellos estuviese todavía entre nosotros, a buen seguro que ninguno sería capaz de responder estas preguntas. Porque lo que sale del alma, lo que inspira la fe y se hace patente a través de imágenes, bordados, piezas de orfebrería, flores de cera, velas... a eso no es posible encontrarle explicación. Por eso, precisamente, estos oficios perduraron en el tiempo, han contemplado el paso de los siglos y hoy, cientos de años después, se siguen manteniendo prácticamente de la misma manera y forma que se concibieron antaño.
Manuel Armentero y Pepín Gijón.
1 comentario:
Si estás inspirado y le pones empeño e interés en lo que haces, te saldrá mejor.
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