Quien me iba a decir que iba a encontrarte.
Fuente del jardín,
tu murmullo aún no se ha apagado,
quien lo iba a decir.
Murmullo que se convierte
en risa dulce y constante
al caer fresca y abundante.
Súbitos recuerdos acuden a mi mente endulzandola
como si recibiera un tierno abrazo.
La amplitud del jardín ya no es tan grande,
ya ho hay niños que corren alborotados
de un lado a otro
pero aun así el paso del tiempo
no te ha robado la belleza
tu esplendor mágico,
mi evocación del pasado,
el ruido suave de las ramas
impulsadas por el viento,
el verde intenso del césped,
el camino que conducía a clase,
los toboganes, la diversión,
la despreocupación, la felicidad,
¿donde estáis ahora, amigos del pasado?
¿Que futuro os ha deparado el destino?
¿Donde estáis ahora?
Estáis dispersos.
Ten la seguridad, querido amigo,
que me ofreciste tu amistad,
que tu imagen se ha borrado con el paso del tiempo,
quizás tu cuerpo ya no sea menudo como el de un niño,
quizás tu risa no sea infantil.
Te aseguro que habrás perdido muchas cosas,
no puedo contarlas con los dedos
pero no te preocupes,
no hagas el esfuerzo,
yo te lo resumiré en una sola palabra: ilusión.
Dime, ¿no sientes un cosquilleo en el interior al recordar
los agradables días de antaño,
cuando el cielo era azul y limpio y
nuestra vida un reflejo de ese cielo despejado?.
Ríe, niño, ríe,
aprovecha tu infancia,
que nada te la quite o te la perturbe,
juega, brinca, chilla, salta.
Cántame la canción de la hormiga,
la flor, el sol, la del bosque,
eterna primavera sembrada de flores multicolores,
solo entonces comprenderé cuanto he tenido
y cuanto he perdido.
Ignacio Pérez Jiménez.
3 comentarios:
Simplemente magnifico!!!!!!!!
me gusta el poema de Ignacio Perez por que como la infancia sde divide en etapas, perimero la alaba y a la recuerda conañoranza. luego lamenta su perdoido y cree ver quelos recuerdos son inlvidables. por ultimo , invita al niño a mantenerse en la infancia como un ser atemporal. me gusta mucho y creio que es acertada lla concepcion de la añoranza por la infancia de recuerdos inolvidables que todos tenemos.
Me gustó la sencillez con la que hace llegar a la persona esa serie de valores tan bellos y primigenios, perdidos ya con la distancia que pone de por medio la madurez de los adultos, esos retazos de ilusión, esa nostalgia de la que se nutre todo el texto.
Y sobre todo, esa especie de grito a los 4 vientos que viene a decirnos que nunca dejemos de ser niños.
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