El otro día nos tomamos la tarde para ir de paseo por Sevilla el grupo de la URSM. Salimos de la URSM a las 4:20 horas más tarde respecto a la hora en que se quedo puesto que estuvimos esperando a Encarni la cual no se presento; por lo visto había quedado para comer con su tía.
Por fin partimos de la URSM los monitores Rafael y Aurelio, Juan José, joven enfermero cordobés que esta de prácticas en el centro y yo.
Durante el paseo nos enfilamos hacia la calle Luis Montoto a la altura del resto del acueducto romano, que unía Carmona y Sevilla. Atravesamos la Avda. Menéndez y Pelayo y marchamos hacia el barrio de San Esteban donde tuvimos la oportunidad de admirar el pórtico de la Iglesia de San Esteban y la Casa Pilatos.- a Rafael le entró ganas de entrar en ella-, en otro momento será, acabó diciendo.
Después, llegamos a la Alfalfa, infinidad de niños jugaban en una gran plaza; bajamos La Cuesta del Rosario en dirección a la Plaza del Salvador para llegar a la Plaza San Francisco. Allí salió a nuestro encuentro Francisco Javier que había llegado antes que nosotros.
Nos esperaba la Exposición que la Fundación La Caixa ha montado en esta plaza con el nombre de "Romanorum Vita", representación de como era hacia el s.I d.c.la vida cotidiana romana en las calles y en las casas.
Antes de entrar en dicha exposición tuvimos la ocasión de admirar en la misma plaza un antiguo vagón del Tranvía de Sevilla. Hicimos tiempo con la charla mientras esperábamos al resto de mis compañeros. Llegó solo Pablo.
Dentro de la carpa un joven muy gentil pero parco en explicaciones y detalles nos recibió a nuestro grupo y demás gentes que entraron con nosotros. Aurelio y Rafael se quejaron de la pobre "explicaera" del joven dado que días antes fueron atendidos explendidamente por una chica.
Yo tampoco aprecié los diferentes olores que desprendían de las calles romanas. Aquello me pareció oler a madera carcomida.
Después de esta mala experiencia (con el mal llamado "guía") fuimos a ver una exposición sobre el Tranvía de Sevilla, el cual rememoraba, en el ayuntamiento y a lo largo del Paseo de la Constitución mediante fotografías y otros objetos, la historia del Tranvía de Sevilla desde el año 1847 hasta llegar a la actualidad con el Metrocentro. Rafael nos hizo ver como eran los antiguos autobuses que tenían una tercera puerta al final por donde se accedía al expendedor de ticket.
Después de ver esta exposición fuimos hacia un bar llamado Picalagarto para tomar café, aquel era lugar para jóvenes y no tan jóvenes con sabor a añejo. Allí tuvimos la oportunidad de comentar relajadamente la mala experiencia que tuvimos en la 1ª exposición con el joven. Pablo, un ejemplo, comentó que le había quedado "una duda de todo".
Ya de vuelta Aurelio, Francisco Javier y Pablo enfilaron la Plaza San Francisco hacia Triana y Rafael, Juan José y yo tiramos hacia la alfalfa dirección a la URSM. Nos daría las 7,45horas en la ya oscurecida tarde.
Lorenzo
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