La idea de un estado centralizado no es inamovible. La Constitución española puede ser cambiada, sin miedo, para recoger los deseos de determinadas comunidades autónomas que que preferirían un modelo de corte federalista. Esto no significaría una ruptura de España, como se nos está diciendo y vendiendo continuamente. Es preciso que todas las fuerzas políticas "pacten" el modelo de estado que queremos para el futuro. Las posturas impuestas tanto por el gobierno central como por los secesionistas deben ser debatidas y consensuadas. Ello evitaría un enfrentamiento entre españoles que perjudicaría a ambas partes y de nefasto recuerdo en el historia reciente de España.
Cataluña no se separará radicalmente de España, entre otras cosas porque no lo va a permitir la Unión Europea, que pondría sus pegas, en caso de ocurrir, para que Cataluña perteneciese a la misma. Además, como todos sabemos o podemos intuir, no le convendrá por cuestiones económicas, cuestión de vital importancia en dicha comunidad autónoma.
José Manuel y Ezequiel.
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