El pasado sábado en Ecuador se produjo uno de los mayores seísmos de los últimos tiempos en América Latina. El resto del mundo nos hemos quedado con la boca abierta de desagradable sorpresa ante tamaña tragedia, y desde aquí queremos transmitir palabras de solidaridad y apoyo, hermandad y colaboración, aparte de las ya consabidas condolencias. Por ello varios países han empezado a comprometer su apoyo enviando equipos de rescate. En nuestro caso, España ya ha enviado a un grupo de especialista de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para colaborar en las labores de rescate.
La intensidad (7,8 en la escala de Richter) y duración (unos 56 segundos) han provocado unas consecuencias devastadoras: perdidas de vidas humanas, caída de edificios residenciales, sanitarios y educativos, rotura de grandes infraestructuras viarias (carreteras, aeropuertos, caminos y vías de trenes), en un país nada preparado para dicha magnitud. Tras este suceso tenemos que resaltar la solidaridad en general de todos los países que se están prestando a enviar ayuda humanitaria.
Desde aquí enviamos un fuerte abrazo a nuestros hermanos ecuatorianos.
Carmen y Francisco.
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