A la luz de un triste farol,
nos cruzamos tu y yo.
Se cruzaron nuestras miradas
y los dos, al mismo tiempo,
nos enamoramos.
Fue un gran flechazo,
tu eres mi amada y yo tu amado,
los dos juntos
compartiendo penas y alegrías
hasta el fin de nuestras vidas.
La luna nos alumbraba
y recobramos la esperanza,
y a la luz de aquel astro
se alegraron nuestras almas.
Tu siempre mi amada y yo tu amado.
Manuel Armentero.
Colabora: Javier.
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