¿Quién de vosotros no ha consumido o consume habitualmente café?. Esta infusión es la más consumida en todo el mundo y además genera un negocio que mueve más de 71 mil millones de dolares al año. Pero desgraciadamente provoca una gran desigualdad entre los productores-recolectores y los países consumidores, como ocurre con otros muchos productos agrícolas: se pagan excesivamente baratos en origen y se encarecen enormemente en el proceso de distribución.
Lo que conocemos del café es que es un a sustancia altamente estimulante que provoca que estemos más despierto a la hora de realizar nuestras actividades laborales o de la vida cotidiana, dándonos vigor, pero en exceso puede provocar el efecto contrario, entre otras cosas provoca insomnio, aumento del estrés, mal humor... El punto medio está en la moderación y mesura de su consumo. Según el articulo que hemos leído, son los países consumidores los más beneficiados en este lucrativo negocio a través de los canales de distribución, mientras los agricultores que lo producen y recolectan solo obtienen miseros beneficios. Hasta este punto afecta todo lo que consumimos en el hecho de provocar mayor o menor desigualdad.
Así pues, el consumo está más valorado que la producción, de esta manera la publicidad añadida junto al aumento de los intermediarios provoca que el precio del café se dispare y provoque esa inmensa desigualdad. Deberíamos tomar conciencia de que nuestro actos tienen repercusiones y preguntarnos si podemos hacer algo. En este caso se sabe que algunas organizaciones sociales trabajan en algunos países productores con la intención de lograr un precio justo directamente con lo agricultores, sí muchos hacemos esto las multinacionales no tendrán el peso que tienen en este mundo consumista.
Lorenzo y Enrique H.
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