La controversia desatada entre partidarios de la vacunación y los que están en contra está servida. Un niño ha sido el desencadenante de dicha polémica, al verse afectado por difteria, una enfermedad que se creía erradicada, pues el último caso se dio en la década de los ochenta. El hecho es aislado pero no por ello desata un debate interesante entre los que están de acuerdo y no con la vacunación. Personalmente creo que la vacunación debería ser obligatoria, pues la cobertura que ofrece ante enfermedades infecciosas de la infancia es muy superior a los posibles efectos secundarios que de poner una vacuna pudiese producirse, pues estos son siempre muy poco probables.
Tras lo grave que está el niño contagiado por difteria, se está debatiendo el hecho de que no se esté vacunando a los niños. Nuestra opinión es que si la vacuna existe es por y para algo, no creo que debiera tomarse a la ligera (que no habrá sido así) el plantearse su no utilización.
Tras este caso sucedido en Cataluña se plantea un dilema a los padres cuyos hijos están en edad de vacunarse. Existe un grupos de no partidarios de la vacunación, lo cual es muy respetable. Estas enfermedades vuelven cuando también discutimos en este país el que los inmigrantes sin papeles tienen limitado el derecho a la sanidad, con lo de peligro que para todos supone el que no se les asista en procesos de enfermedades que puedan ser un riesgo para la población general, desde aquí decimos que la atención debe ser general para todos independientemente de la legalidad o no. Resumiendo ¿esto es casualidad o un caso puntual?, Cierto también es que algunas vacunas no son gratis (meningococos). Antonio Manuel, Inma y Vanessa.

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