LA ANCIANA CENTENARIA QUE APRENDIÓ A AMAR.

Alice Sommer es una mujer mayor que vive sola en Londres, cuenta ya con 108 años y cada día se dedican, durante dos horas, a tocar el piano.

Sobrevivió al campo de concentración de Theresienstadt, en el que perdió a su madre y a su marido y, a pesar de todos estos acontecimientos, amó muchísimo para que su hijo no aprendiera a odiar.

Sin embargo, tal vez lo más sorprendente de Alice Sommer es que piensa que "cada día de la vida es hermoso" y ha elegido no lamentarse, amar a todas las personas, interesarse por ellas y escucharlas.

Alice decidió vivir su vida sin odio y, aveces, hasta agradece haber estado en un campo de concentración, ya que allí aprendió a valorar realmente a las personas: "Yo nací con un gran optimismo y eso te ayuda; cuando eres feliz, nunca te quejas y siempre ves el lado bueno de la vida", afirma.

Alice encuentra lo positivo dentro de lo negativo, transforma el odio en amor y entiende la música como un canto de libertad desde hace más de cien años... 

Por todo ello, alice Sommer es una de las mejores noticias que he leído nunca. Personas como ella nos recuerdan el potencial y la grandeza que existe en todo ser humano. Estuvo en un campo de concentración y eligió no odiar y no lamentarse.

A partir de ahora, yo, José Luis, voy a revisar mis elecciones de noticias para el grupo de tertulia y me comprometo a traer las más positivas que encuentre...

José Luis Carretero.