BASURA ELECTRÓNICA.
El ciclo de vida de un teléfono móvil en los países desarrollados es de dos años, a pesar de estar en perfecto estado de conservación. ¿ Te has parado a pensar a dónde va a parar cuando ya no lo quieres?.
En el año 2009 se vendieron en España 702.000 toneladas de aparatos eléctricos, pero sólo se trataron 125.000 toneladas en las plantas de reciclaje.
Al año se generan 40 millones de toneladas de basura electrónica en todo el mundo. Televisores, cámaras, ordenadores, frigoríficos, teléfonos... forman esos residuos que hemos dado por inservibles, y que reemplazamos por unidades que incorporan los últimos avances tecnológicos. El destino de estos residuos es, en muchos casos, incierto. Lo ideal sería que se reutilizaran, y que se destruyera aquello que ya no sirve para nada. Pero no es así. La mayoría se abandona o se despieza. El problema es que todos estos aparatos electrónicos contienen sustancias tóxicas perjudiciales para la salud y el medio ambiente.
Desde el año 2005, España incorporó una ley para regular la gestión de residuos electrónicos, en la que incluyó un canon, que paga el consumidor, destinado a financiar su reciclaje. Los envíos al extranjero de este tipo de residuos están prohibidos desde 1989, según la Convención de Basilea, sin embargo se incumple de manera reiterada.
Un reciente estudio revela que gran parte de la basura electrónica se envía a África y Asia, en contenedores, junto con equipos nuevos, cuya exportación sí está permitida y allí reciclan los materiales más valiosos como el oro, plata y cobre; lo que supone el sustento de muchas familias. Por lo que resulta casi imposible atajar este problema, tanto en el lugar de origen, como en el destino.
j3eles
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