HUELGA GENERAL.

UNA REFLEXIÓN PERSONAL.

Como todo el mundo ya sabe, el pasado jueves 29 de marzo se llevó a cabo una Huelga General contra las medidas de recortes tomadas por el Gobierno en sus primeros cien días y más en concreto por el proyecto de Reforma Laboral que va a provocar un antes y un después de las relaciones laborales entre los patronos y los obreros. ¿Adivinais quién sale perdiendo?.

En cuanto al número de participantes y el seguimiento de la Huelga, aquí todos ganan y ninguno pierde. Los sindicatos (y las imágenes que se han ofrecido en las distintas televisiones) nos dicen que ha sido todo un exito, y por su lado el gobierno y las distintas patronales hablan de que la incidencia ha sido minima. Lo cierto es que mucha, muchisima gente se ha echado a la calle a decir no a las formas y maneras en las que se está destruyendo el Estado de Bienestar que se había conseguido tener en este país desde hace 100 años y de forma más acelelerada en los últimos 30 años.

¿Porqué hemos llegado a esto? En primer lugar por la ferocidad del concepto abstracto: "los mercados". Ese ser que parece "inerte" pero que no lo está, está tan vivo que se ha fagocitado hasta el propio capitalismo, formado por un sin número de personas sin escrupulos, sin humanidad, sedientos de dinero y de poder a los que no les importamos el resto de mortales absolutamente nada de nada; en segundo lugar, que decir de la clase política, estos si tienen cara y se les puede identificar, fieles seres serviles al servicio de la economía más despiadada, sin personalidad, sin capacidad de liderazgo, solo movidos por intereses propios y que continuamente caen de manera facil en las manos de la corrupción por un puñado de euros (dinero de todos nosotros que pagamos con enormes esfuerzos, ¿es que no os duele que nos roben en nuestras narices?), titeres movidos por oscuras manos que solo nos quieren como esclavos en pleno siglo XXI, ejecutores de programas de privatización de lo único que nos podría hacer Libres: la Educación, la Sanidad y la Solidaridad Social del Estado.

Que los Dioses nos cojan confesado.

Solo nos queda la calle, la protesta (que cada uno la ejerza como le venga en gana, aunque desde aquí denunciamos los actos de máxima violencia), el pataleo y el griterio para seguir diciendo que no es el camino que queremos, que somos conscientes que el chaparron que esta cayendo no lo hemos provocado nosotros y sin embargo somos los único que lo estamos pagando. Eso si, hagamoslo de forma ordenada, organizada, que cada uno vaya detrás de la bandera que más le agrade (llamese los sindicatos o partidos politicos ó movimientos como el 15M o Democracia Real Ya) pero hagamoslo, que nuestra voz no se quede en las tertulias de los bares, en los desayunos de trabajo (aquel que lo mantenga) en las partidas de dominó, en la espera de la siguiente hermandad por la carrera oficial, en el comentario con desconocidos en el autobús,...

I have a dream, como Luther King y otros muchos, y mientras siga con fuerzas ahí estaré. No me robareís ese sueño.

R. Luque.