
me encuentro perdido,
perdido de tus besos furtivos
que alguna vez desaparecieron,
prendidos de mis mejillas,
dulce lenguaje del cariño.

deambulo por paramos
desiertos y helados,
oteando el horizonte
en busca de una señal
viva y palpitante
que a tu alejada

No importa la distancia
que deba recorrer hasta allí
con tal que mi corazón
respire aire puro
que exhalas de tu espíritu.
Y mantener el animo

donde las olas alcanzan la orilla
con la respiración callada, inerte,
y los pájaros entonan
cantos de tristeza
al notar tu ausencia,
tan distantes ya
como el cielo gris
que se eleva sobre
nuestras cabezas.
Ignacio Pérez Jiménez.
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