viernes, 19 de agosto de 2016

QUE VUELVA EL ENCANTO DE UNA PEQUEÑA TIENDA.

Pasear por las calles de una ciudad siempre es un ejercicio gratificante, de cualquier ciudad evidentemente. Pero en estas caminatas contemplativas hay algo que echo en falta: escaparates, los del pequeño comercio detallista, una tienda, un taller, una agencia, lugares donde el reclamo de nuestra propia curiosidad nos motiva a preguntar al empleado por algo que ni siquiera tiene que estar en el expositor.

La verdad es que un paseo por callejuelas comerciales con negocios variopintos y de amplia amalgama y gran desorden de oferta es una interesante aventurilla. 

Con todo esto intento decir que la absorción de las grandes superficies, los poderosos, de toda la actividad detallista podría ser el resurgimiento de una oportunidad de negocio a estudiar en un sentido amplio y profundo.

Tiendas de vinilos, establecimientos especializados en café, semillerías, librerías baratas, talleres de artesanos, mercadillos legalizados de todo tipo que proliferarían por toda la ciudad, cine-clubs, teatros minoritarios, cafés literarios, salas de conciertos, perfumerías, las desaparecidas boutiques independientes donde el o la cliente se viste de forma personalizada, artistas vendiendo su obra en plazas o locales, restauración de muebles, tiendas de rarezas, regalos o sencillos caprichos, coleccionismo... Sólo son ejemplos que no sé si son factibles en cuanto a su eficacia como medio de vida, sin embargo esto no quita que sean interesantes de analizar como probable empleabilidad, utilizando por cada potencial empresario lo que conoce no sólo para ganarse la vida de forma más o menos humilde sino también dedicándose profesionalmente a lo que le gusta, por ello resultaría más atractivo y la implicación e interés sería enormes, así como la iniciativa a innovar.

Por ultimo apuntar que estos negocios podrían plagar los barrios periféricos y no sólo aglutinarse en un pequeño espacio de la ciudad donde se pueden instalar unos pocos nada más, y que actualmente las cosas son aceleradas para lo malo y para lo bueno, por lo que podría ocurrir que el crecimiento y ampliación del mercado que ocupa un proyecto pueden verse realizados con mayor celeridad.

José María.

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