No me beses esta noche,
no hasta que el amanecer
alumbre esa mirada apagada,
no hasta que la penumbra,
que se asoma en tus ojos,
sean iluminados con la chispa
de la esperanza del nuevo día.
No te dejes llevar
por la negrura infinita
de esta noche fría;
no confundas la oscuridad
con la mezquindad de la tristeza,
reinos que pueblan montes
de aciaga presencia,
pájaros oscuros que revolotean
en sus torres y cúpulas
del color de nubes oscuras,
amenazando con llenar de pesimismo
las alegres sonrisas azules de los cielos,
donde se refleja tu cara
como una estrella diurna
cuando no estés tristes.
Fíate de estos brazos mios,
sostén en momentos difíciles,
que desvían tu caída
hasta conducirte a horizontes
que anuncian la promesa
de una jornada plagada de mañana clara,
dispuesto a acogerte en mi cuerpo
para propagar el calor tibio
que por ti siento en mi corazón.
Sobrevive pues a esta tiniebla
y súbete como pasajera exclusiva
al tren de mi persona
que te llevara allí donde
la oscuridad se bloquea
y ya no puede reinar.
Pergim.
2 comentarios:
Poesía algo oscura como el amor con su parte positiva y negativa.
Muy bonita
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