Mi fin de semana, por fin, ha sido algo diferente. Y no es porque haya ido a algún lugar especial o haya hecho algo infrecuente, sino porque después de tantos fines de semana saliendo de Sevilla, esta vez no he salido de ella.
La ciudad en fin de semana tiene su encanto, mucho menos trafico, menos gente paseando, mucha mas tranquilidad hasta tal punto que hay veces que la ciudad, excepto en el centro, parece algo desértica.
Sábado de mercadillo. Cogí a mi familia y nos fuimos al Charco de la Pava, a disfrutar de un lugar lleno de gente y puestos ambulantes con sus productos, algunos de ellos curiosos, tan baratos y asequibles. Entre gritos de " a euro¡¡¡ a euro¡¡¡" íbamos avanzando lentamente entre los tenderetes abarrotados de toda clase de ropas, zapatos, perfumes, bisutería.... un sin fin de productos cotidianos a precios de ganga. Al fin, ya cansados y agobiados por las altas temperaturas nos fuimos con algunas compras hechas.
El domingo mas de lo mismo, esta vez en el mercadillo de Sevilla Este o normalmente llamado Mercadillo de Alcosa. En esta ocasión con el doble de puestos y el doble de camino por recorrer.
Por la tarde, después de una buena siesta, me fui de paseo por mi barrio, a disfrutar de esa extraña calma que tiene la ciudad los fines de semana, sin niños gritando por las calles, ni sus padres riñéndoles, pocos coches circulando, etc.... Ya de noche, nos fuimos a una "terracita" (que así se le llama aquí a los veladores en la calle de los bares) cercana a tapear. Con la brisa, con la fresquita. Y con las mismas para casa que el domingo ya toca a su fin. En definitiva, un fin de semana diferente, un fin de semana en la ciudad.
Eduardo.
1 comentario:
Disfrutando del fin de semana. ¡Claro que sí!
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