martes, 19 de mayo de 2015

CUANDO LAS APARIENCIAS ENGAÑAN.

Cada año toma más importancia cuidarse por dentro y por fuera, pero sobre todo por fuera, como si el tiempo no pasara. A la vista está que sólo lo hace para algunos, como por ejemplo: la gente que trabaja de cara al público debe cuidarse mucho. Si bien es verdad que me parece desmesurado el retoque o cambio drástico que se hacen las personas que se dedican al mundo de la televisión, cine, teatro, etc... para parecer más joven. Dietas abusivas, lifting, peeling, lo que sea y al precio que sea. Los ciudadanos de a pie, que no podemos permitirnos esos lujos, deberíamos saber que está bien cuidarse, pero sin obsesionarse y sobre todo aceptarse pues los años pasan para todos y no en balde. Todos tenemos la edad que nos corresponde y no hemos perdido la expresividad en el rostro hasta el punto que provoque pavor. Claro, pero a cada uno nos gusta aparentar más joven de la edad que tenemos, o ¿no?.

La edad es algo tan banal cuando eres joven y tan importante cuando se acercan los cuarenta. Esta cultura está haciendo que parte de la población, que no le daba importancia al tema, entre "en el mismo saco". Todos, incluido yo, queremos ser jóvenes, parecer jóvenes, pero los años, además de las arrugas, traen otros beneficios como la libertad y una mayor sabiduría. 

Los medios de comunicación nos bombardean con cosméticos, masajes "mágicos", que prometen piel de bebé, nada de arrugas, ni piel de naranja, etc. Esto, creo, hace que las personas, y sobre todo los más jóvenes, analicemos y nos hagamos críticas porque no entramos en eso cánones falsos de belleza. Deberíamos fomentar la auto-aceptación del cuerpo y la edad que tenemos porque no siempre esta se refleja en el exterior, hay personas mayores que parecen más jóvenes y viceversa. La forma de ser y actuar influye en que nos vean más jóvenes o más mayores. Considero que la edad, está dentro de cada uno, y quiero pensar que siempre se es joven interiormente, pero no en el exterior, lo que genera malestar porque es algo que no se puede controlar. Hay que aceptarse uno mismo, aunque nos parezca duro.

Vanessa y Miriam. 

1 comentario:

CRAP Calatayud dijo...

Buena reflexión. Lo mejor es aceptarnos como somos en cada momento de la vida. Un abrazo