miércoles, 16 de octubre de 2013

HAY QUE EVITAR CEREMONIAS (PARTIDOS, ASOCIACIONES, GRUPOS...) DE EXALTACIÓN NAZI.


El criminal nazi Erich Priebke Falleció en Roma el pasado viernes a la edad de 100 años sin mostrar arrepentimiento por el asesinato, en 1944, de 335 italianos, de los que una cuarta parte eran judíos. Después de que el Vaticano se negara a celebrar sus honras fúnebres y el Ayuntamiento de la capital a darle sepultura, los familiares del excapitán de las SS eligieron la localidad romana de Albano Laziale para que un sacerdote de la congregación fundada por el arzobispo Marcel Lefevbre oficiara un funeral por el rito tridentino (íntegramente en latín y con el oficiante de espaldas a los fieles). Pero también ese intento resultó inútil. Un grupo de vecinos, entre los que se encontraban familiares de las víctimas, se opuso a que un centenar de ultraderechistas convirtieran la ceremonia en un acto de exaltación nazi. A última hora de la tarde, y entre cargas de los antidisturbios y gritos de “asesino” y “verdugo”, el cura se quitó los paramentos y se marchó.

Un centenar de vecinos, tras una pancarta en la que se leía “somos todos antifascistas”, intentaron evitar, con patadas y puñetazos, que el ataúd fuese introducido en el Instituto San Pío X. Frente a ellos, un grupo de ultraderechistas —algunos embozados y protegidos por cascos— coreaban consignas con el brazo en alto. Después de horas de tensión, la policía antidisturbios cargó, la iglesia cerró sus puertas y el abogado y amigo del criminal nazi Paolo Giachini se dio por vencido: “La ceremonia ni siquiera ha comenzado porque no ha podido entrar ni uno de los hijos [de Priebke]. Ya que no es posible celebrar un funeral con dignidad, no lo seguiré intentando”.

Priebke fue uno de los responsables de la muerte de 335 italianos —de los que 75 eran judíos—, que fueron fusilados por los nazis en las Fosas Ardeatinas el 24 de marzo de 1944 en represalia por la muerte, el día anterior, de 33 soldados alemanes en un atentado de los partisanos en la romana Via Rasella.

Ahora queda aún por resolver el lugar del entierro. El presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald S. Lauder, ha propuesto que los restos sean incinerados y sus cenizas desperdigadas para que no puedan ser objeto de homenaje.

Aún hoy día nos sigue pareciendo increíble que se puedan seguir produciendo eventos que enaltecen ideas politicas que ocasionaron tanto daño y dolor en el conjunto de la geografía europea. Pedimos, al igual que ayer con el tema de la  inmigración, que el parlamento europeo legisle de forma contundente contra este tipo de ideologías macabras basadas en la xenofobia que pisotea los derechos de las personas. 

Pepín.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Desprecio el terror pero también aprecio la libertad.

Jose Manuel Gandullo dijo...

Una palabra mal colocada, estropea hasta el mas bello pensamiento.
Eso es lo que creo que es la política, se aprovechan de las desigualdades y de los malos momentos que pasan los países para culpar a otros, con una retórica que no hace mas que ahondar en las heridas abiertas.
Desde aquí expresar mi MAS ABSOLUTO RECHAZO A CUALQUIER ABUSO DE PODER POR PARTE DE UNOS POCOS, RECHAZO A LA HOMOFOBIA, RECHAZO AL MACHISMO, RECHAZO AL NACIONALISMO, RECHAZO A LA XENOFOBIA, RECHAZO A LA IMPOSICIÓN RELIGIOSA, RECHAZO...