Permitanme la licencia de hablar un poco de meteorología, que palabra más dificil de pronunciar rápida ¿verdad?. Pues bien, eso, que ha llegado la primavera, el olor a azahar ha invadido toda la atmosfera de nuestra bonita ciudad y además coincide que desde hace unos días por nuestras calles estan intentando procesionar un sin fin de Hermandades que desearían poner sus "pasos" en la "Carrera Oficial". Por ahora solo han sido unas pocas los que lo han conseguido, y todo esto porque a esa palabra tan dificil de pronunciar le ha dado por llover.
A la altura en la que estamos, no había llovido en Sevilla ni una gota, solo lo suficiente para haber ensuciado las calles, llenarlas de barro, poco más, y joder a los miles de agricultores que se han llevado mirando al cielo intentando ver si por casualidad se veía alguna nube oscura que trajese el alimento indispensable para sus cosechas (los cereales de esta época, ya no tienen salvación. El que no haya asegurado su cosecha, lo lleva claro).
Como vemos, aquí todo el mundo jodido. Y yo, que no vivo ni para una cosa ni para la otra, también jodido, nunca he sentido los sintomas de ninguna clase de alergía, al menos de tipo ambiental, pero es que este final de invierno y principio de primavera lo estoy pasando fatal: rinitis aguda, no huelo absolutamente casi nada, de pañuelos tengo a los morenos de los semaforos que me ven y me hacen una fiesta, los ojos me lagrimean y siento una sequedad en la boca que me bebo hasta el agua de los jarrones.
Entiendo que el agua de la lluvia puede ser la fortuna de unos (gente del campo en general) y el desastre para otros (hoteles y servicios de hostelería variado,...), pero es que la meteorología es así, que le vamos a hacer. Para mi, que soy un sevillano atípico (lo siento, ni Semana Santa ni Feria) solo me importa mejorar esos sintomas alergicos y si la lluvía me ayuda a estar mejor, pues eso, bienvenida sea.
2 comentarios:
¿Sabes que la humedad es peor para la alergia? Lo que se aprende leyendo... ;)
El agua es necesaria aunque fastidie la semana santa, los pantanos estaban descendiendo una barbaridad, por lo tanto bienvenida sea y más en Sevilla que escasea.
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