Andalucía se encuentra, en estos momentos de crisis, en una encrucijada que tendría que haber sido resuelta hace ya algunas décadas, pero es en estos momentos cuando los políticos empiezan, tímidamente, a vislumbrar las verdaderas necesidades de esta maltratada Comunidad Autónoma que cuenta con un 36% de paro.
Lo que nos tememos es que las declaraciones de los politicos queden en aguas de borraja, y lo que son buenas intenciones en momentos de elecciones, unas vez que pasen estas, se olviden y queden en el baúl de los recuerdos.
La mejora de esta Comunidad pasa por cambiar las actuales directrices formativas y económicas, abocadas, una vez caída la manida construcción, a todo lo que supone el turismo, ya que las poquitas industrias que quedaban en Andalucía han ido perdiendo peso, se han cerrado y se han marchado a territorios o países en los que era más barato producir.
En este sentido hoy queremos comentar las declaraciones del Consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía, Sanchez Maldonado, el cual ha declarado la posibilidad de cierre de aquellas facultades o centros formativos en los que el número de matriculas sea muy reducido e incluso replantearse aquellos estudios en los que las matriculas sean muy numerosas pero crean grandes bolsas de parados cuanto terminan dichas titulaciones (en concreto habla de Periodismo).
Nos parece muy bien que cierren aquellas facultades que mantengan pocos alumnos (siempre que no dejemos en la estacada a estos alumnos que deberían ser becados para que estudiasen en otra universidad que oferte su titulación elegida), pero hace unos años había una tendencia a que todos estudiásemos alguna carrera superior y ahora nos encontramos con un gran número de personas muy formadas pero que no ejercen su profesión y en muchos casos se replantean nuevas formaciones, pero ¿quién tiene dinero hoy para poder estudiar otra cosa? y ¿qué hacemos con aquellas personas que ya hemos pasado de una edad y aún no hemos entrado en el mercado laboral?. Hasta ahora la Junta de Andalucía ha estado muy desacertada a la hora de configurar los estudios y en redirigir el sistema productivo andaluz.
Lo vemos justo puesto que la crisis ha dado lugar a replanteamientos por las medidas de austeridad, pero esto debe llevar un compromiso de los gobiernos e instituciones públicas que posibiliten la mejor accesibilidad a los estudios y al mundo laboral. Los estudios que vayan a ser restringidos deberían de contar con un buen modelo de becas o subvenciones tanto públicas como privadas que conlleven la máxima responsabilidad y compromiso por parte de los alumnos.
Finalmente también estamos de acuerdo con este señor en que los títulos formativos tienen que andar de la mano con la realidad laboral de la Comunidad andaluza, pero no basarla solo en el desarrollo del Turismo. Desde aquí le pedimos a los politicos y sus asesores que tiren de imaginación para reinventar el mercado laboral de Andalucía, que pueda provocar un gran giro de la tendencia económica y productiva, para que se pueda reducir realmente esa catastrófica cifra de 36% de parados, y no tengamos que depender de si vienen o no los extranjeros a visitarnos.
Lorenzo, Enrique, José Antonio, Marisa y Rafa.
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