Hoy nos hacemos eco de un articulo publicado en eldiario.es que resalta el valor de la educación como elemento que genera igualdad.
"Donde
hay educación no hay distinción de clases". Estas palabras del
filósofo chino Confucio, pronunciadas cinco siglos antes de Cristo,
están hoy día plenamente vigentes. Lo están, porque la función
decisiva de la educación en el desarrollo individual y colectivo de
las personas y los pueblos es muy relevante en un momento como el
actual, en el que el debate sobre la desigualdad ha entrado de lleno
en las agendas públicas. Según un informe
de Naciones Unidas,el
8% de la población más rica del mundo posee el 50% de los ingresos
a nivel mundial, mientras
que el 92% comparte el otro 50%.
Además, mil doscientos millones de personas viven con menos de 1,25
dólares al día, y 175
millones de jóvenes de
países con ingresos bajos y medio bajos son incapaces de leer una
frase o parte de ella.
La
desigualdad genera falta de equidad en el acceso a la educación. Y
también, desgraciadamente, la
ausencia de educación, o una educación de baja calidad, es
generadora de pobreza y desigualdad.
Los niños y niñas que no pueden desarrollar su potencial a través
de la educación, ven condicionado su futuro, están condenados a una
situación crónica de pobreza y exclusión. Son niños, y sobre todo
niñas, de países empobrecidos, de familias marginadas, en zonas
rurales, en países en conflicto, en situación de refugio o
desplazamiento, pertenecientes a minorías étnicas o con necesidades
educativas especiales.También
en España, el factor socioeconómico de los estudiantes influye en
sus resultados, tal
y como señala la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico ( OCDE).
Asimismo, influye de manera relevante en la ya preocupante tasa de
abandono escolar en nuestro país -cercana al 22%-, con un índice
alto para los colectivos más desfavorecidos.
En
septiembre de 2015 la comunidad internacional deberá ponerse de
acuerdo para establecer la nueva
agenda de desarrollo universal para los próximos 15 años.
Una de las prioridades de esta agenda será la lucha contra la
desigualdad, con la educación como uno de los pilares fundamentales
para combatirla en todos los países y sociedades del mundo.
Porque,
efectivamente, además de un derecho ,
la educación es la herramienta fundamental para promover la
movilidad social y multiplicar las oportunidades de desarrollo, de
forma equitativa, de todas las personas.
La educación -una educación de calidad, inclusiva, equitativa y
transformadora- aumenta la capacidad crítica de las personas y su
participación en la vida pública y fortalece la democracia; permite
aumentar los ingresos de las personas al obtener mejores empleos y el
crecimiento económico de un país; la educación de las niñas y las
mujeres incide, además, en una disminución de la tasa de mortalidad
infantil y materna y en una mejora de la nutrición de las familias.
Urge,
en consecuencia, la consideración de la educación como una
prioridad en la agenda de desarrollo global para alcanzar, en todo el
mundo, sociedades más equitativas, justas y prósperas. Porque, como
señalaba Nelson Mandela, "la educación es el arma más
poderosa para cambiar el mundo".
La redacción del blog. Extraído de eldiario.es
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