Tras las elecciones realizadas en Grecia para saber qué es lo que opina el pueblo sobre las imposiciones de la UE y con resultado a favor del NO a las condiciones que les quieren imponer, el ministro de economía Varufakis ha dimitido, pese a que el pueblo apoyaba su postura, para "facilitar las relaciones con Europa".
Pese a los esfuerzos del nuevo gobierno griego durante 6 meses, la UE le ha ido poniendo trabas hasta el punto en el que los griegos sólo pueden sacar de sus cuentas 60€ diarios de los banco; vamos, lo conocido en Argentina ya como "El Corralito".
Los países de la UE han hecho todo lo posible por hacerles cambiar de opinión mediante "amenazas" o evitando un posible acuerdo mediante el diálogo que permita salir de esta crisis sin que el ciudadano sufra las consecuencias de una mala gestión y tener que pagar parte de la deuda de los bancos, que son entidades privadas (y las introducen como deuda pública), mientras que ellas, tras varias inyecciones de dinero, no han ayudado dando préstamos ni de ninguna otra manera, y para colmo de males, se han buscado artimañas para reducir sus gastos (como por ejemplo: dejando de enviar cartas, obligarnos ha hacerlo todo a través del cajero,etc...) y ayudar a subir el paro.
No sé si la dimisión de Varufakis es una de las mejores opciones y es sorprendente que, pese a todo, el pueblo le siga apoyando. Considero que cada persona tiene preferencias por una u otra ideología en función de su estado económico-laboral, pero admiro al pueblo griego por luchar, protestar, manifestarse, etc... por sus ideas, y por haber podido votar y decidir su futuro. No como en España; mucho hablar y poco hacer. Triste pero cierto y me incluyo en esta ciudadanía de "estatuas humanas".
Miriam.
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