
que al rey moro alivia el miedo,
arde en fiesta en su coso
por ser el natal dichoso
de Alimenón de Toledo.

de la hermosa Zaida amante
las ordena celebrar
por si la puede ablandar
el corazón de diamante.

desde Arabaca a Madrid.
Hubo pandorgas y fuego
con otro nocturno juego
que dispuso el adalid.

en las cifras y libreas,
mostraron los amadores,
y en pendones y preseas,
la dicha de sus amores.

de toda la cercanía
y de lejos muchas de ellas
las mas apuestas doncellas
que España entonces tenía.

y Zahara la de Alcorcón
en cuyo obsequio muy fino
corrió de un vuelo el camino
el moraicel del Alcabón.
Fragmento.
Manuel Armentero.
Colabora Eduardo y luqca.
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