Esta semana pasada falleció en su casa de Bormujos, Sevilla, el profesor de literatura y Poeta Rafael de Cózar, en el incendio de su domicilio y lo hizo mientras trataba de salvar del fuego su biblioteca. Han sido muchas las bonitas palabras que le han dedicado a esta buena persona, como lo describían sus amigos, y aquí queremos publicar hoy un sentido homenaje que ha firmado Juan José Téllez en El Correo de Andalucía.
Aveces,
la muerte no sólo es un destino estadístico sino una parábola. La
de Rafael de Cózar, en los tiempos que corren, puede interpretarse
como un raro ejemplo en los tiempos que corren: un escritor muere
intentando salvar libros de las llamas, en lugar de arrojarlos al
fuego como uno de esos pepes carvalhos apócrifos que inmolan lo que
hasta ahora ha sido nuestra civilización en los 451 grados farenheït
de la contención del déficit y otros dioses modernos.
Fue
inútil: los libros que atesoró durante sus días de vino y rosas,
se extinguieron también con su último aliento. También semejante
suceso puede convertirse en metáfora: otra vez arde inevitablemente
Roma, mientras Nerón toca el arpa del pan y el circo en tiempos de
crisis. ¿Para qué preocuparnos de salvar lo que alguna vez fueron
los presupuestos culturales, la televisión pública, la política de
becas, cuando hay que convertir las rimas en saldos contables, los
relatos en balances y la magia en primas de riesgo?
Dejó
escrito un testamento lírico, Cronopoética, que Jesús Vigorra
desgranó ayer, con la convicción de quien lee un presagio. No se
hizo humo como quien guarda silencio mientras le conducen al
matadero. Como los héroes de cine que hacen un chiste y beben un
trago de güisqui para enfrentarse a los malos, Fito defendió su
tiempo y lo que fue su vida, con el coraje de quienes le temen más a
la sumisión que a la agonía. Al menos, murió con los libros
puestos. Su esposa y su hija seguro que saben que su bandera de fuego
nos empuja a no tirar la toalla.
La Redacción del blog.
Extraído de El Correo de Andalucía.
1 comentario:
La inteligencia y la cultura estan poco valoradas en tiempos de crisis cuando se pone por encima el dinero y lo material. Sentido común o si no... ¿Dónde vamos a llegar?
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