En las latitudes de tu rostro
encuentro senderos con dirección al alba,
bocetos de bosques pintados
con los colores de mi alma,
corazón que comparto contigo día a día.
En las latitudes de tu rostro
hay siempre horizontes alumbrados
por la tibieza de estrellas lejanas,
luces que van desvaneciendo las sombras fugitivas
que van cayendo al caer la tarde,
rincones que se despojaron
de su atuendo de invierno
para ponerse el de verano,
estrellas que luchan por iluminar mas que otras,
espacios donde a los niños,
que juegan a ser héroes,
le salen alas de ángel.
En las latitudes de tu rostro,
¡ah, que bonito descubrir tus latitudes!.
Colgarme de tus labios y saborear
su aroma de amor en los mios,
que corresponden gallardos en la distancia.
Observar de cerca tu cara
para aprender el lenguaje de tus ojos,
pupilas negras que contrastan con la noche.
En las latitudes de tu rostro,
que bonito es tenerte cerca,
con la mirada perdida en la noche,
siempre buscando una salida
a tu laberinto de dudas y temores
con silueta de mujer,
siempre queriendo alcanzar
un destino remoto
que se va perdiendo en la lejanía,
tras conformarte con el calor
que sale de mi mano cuando acaricia la tuya.
Ignacio Pérez Jiménez.
Colabora: Rafa.
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