jueves, 14 de agosto de 2014

CUANDO SER ADULTO NO MOLA.

Cuando evitas lanzarte a bomba en la piscina porque ya no procede a tus treinta y tantos, cuando pides un triste cucurucho en el quiosco de helados aunque en secreto te siga apeteciendo un drácula, ahí te das cuenta que crecer es una pose, una trampa mortal enfocada a ampliar nuevos nichos de mercado, o a borrar cualquier rastro de lo que en esencia fuimos.



Nadie muere a bordo de un coche de juguete, nadie muere abatido por pistolas de agua, nadie muere fingiendo fumar cigarrillos de chocolate, nadie muere adicto al refresco de naranja, ni por sobredosis de caramelos, pero los coches matan, las balas matan, el tabaco mata, el alcohol mata y las pastillas matan. Así que crecer, tal vez, no sea más que una postura peligrosa y que los años, en verdad, nos hagan más cínicos y tontos, y ansiemos los mismos juguetes pero más letales. Echemos un vistazo atrás y pensemos por qué realmente dejamos de hacer muchas de esas cosas que nos entusiasmaban.
Somos niños disfrazados hasta el día en que olvidamos para siempre que llevamos un disfraz.

La redacción del blog.
Extraído de 20 Minutos.

No hay comentarios: