martes, 17 de octubre de 2017

INCENDIOS FORESTALES: MÁS VALE PREVENIR QUE CURAR.

Triste, muy triste la ola de incendios que está asolando Portugal (con 31 fallecidos), Galicia (con 4 fallecidos) y Asturias, precedidos por cientos de incendios que este verano han recorrido la Península Ibérica, entre las que, desgraciadamente, destacan las casi 12 mil hectáreas de alto valor ecológico en Huelva tocando el Parque de Doñana. 

A veces pensamos, y nos duele mucho, la perdida de vidas humanas que suceden en estos incendios y queremos acordarnos aquí, no solo de ellos, sino también de la perdida de miles de animales que no han podido huir de las llamas. Nos referimos tanto a los animales "salvajes", muchos de ellos en peligro de extinción (como el urogallo y el oso pardo), como a los domésticos cuyos dueños no han podido liberarlos al no poder acceder a sus casa y corrales.

El desastre medioambiental está consumado. El fuego y el viento han hecho de las suyas en parajes de especial protección ecológica, afectando a diversos hábitats que tardarán, desgraciadamente, muchos años en recuperarse. Destacar la solidaridad del pueblo gallego que rápidamente se lanzo a las calles de sus pueblos para apagar los fuegos que cercaban algunas casa y barrios. 

Una vez controlados y apagados los fuegos, llega el tiempo de la reflexión, del análisis, de buscar a los culpables de esta atrocidad si los hubiera, tanto los directos como los indirectos. Es el tiempo de purgar las responsabilidades políticas, de ahondar en no tan futuras soluciones y quizá sea el tiempo de enfrentarse a este problema con sanciones judiciales a la altura de la gravedad de este delito. Y ya es el momento de legislar claramente a favor del medioambiente con Leyes de Montes que no permitan especular con estos terrenos quemados.

KepaKé.