viernes, 4 de noviembre de 2016

LOS DEBERES DE MIS NIÑOS.

Deberes sí o no, esta es mi opinión personal y puede que en algunos casos intransferible. Entiendo que un crío tenga obligaciones escolares, pero no me parece sensato ni productivo que viva para ellas. Obviamente, mi postura es dejar a los niños espacio y tiempo para que se dediquen a lo que corresponde a su edad.

No quiero evitar hablar de que el fracaso escolar puede ser el efecto de una carga de tareas inasumibles para muchos, que en otras condiciones de mayor eficiencia pedagógica no llegarían a perder tiempo, a la vez que no decrecería su rendimiento y el provecho que les aporta la escuela.

Sinceramente, yo no creo en un sistema competitivo que clasifica a las personas en aptas y no aptas para ocupar espacio en el sistema de organización social, ya que este, quiero creer, debería fundamentarse en el respeto a la forma de ser de cada persona y en la aceptación de que las personas somos complementarias, por lo que no se deja atrás a nadie por mucho que no encaje en los convencionalismos sociales, porque, además, son estas personas las que enriquecen a la comunidad con su diferencia.

Una profesora  habla de los deberes que se ponen a los niños, adolescentes y jóvenes. Según ella es primordial la tecnología, el estar bien en las aulas, etc. El hecho de los deberes debe ser de acuerdo con la edad (libros infantiles, adolescentes, jóvenes), que motiva al alumno a estudiar porque el material les incentiva y les motiva a hacerlo. Éste tiene que estar hecho de tal manera que al alumno le mueva la curiosidad y que no pierda la capacidad de asombrarse y de buscar nuevos conocimientos a partir de lo conseguido.

Por otra parte, y cambiando de tercio, aunque no esté bien atiborrarlos de deberes por las tardes y en vacaciones, ya que un niño debe jugar y un adolescente debe conocer a la sociedad en la que vive, y es necesario que aprendan desde pequeños responsabilidades con respecto a la sociedad en la que viven; al maestro y a su familia le deben respeto, porque si no le apretarán las tuercas para que lo haga si se da a la pereza o al exceso de relaciones inútiles.

Recuerdo que en mi niñez y juventud las aulas eran frías y llevábamos chalecos y cuando hacía calor íbamos en camisa de mangas cortas. En cuanto si es mejor la tecnología a la pizarra y a la tiza, el contacto con el profesor era más personal y a veces más humano, aunque había de todo, como en todas las épocas. Las relaciones entre los alumnos son más peligrosas para los estudios si consisten en agruparse con malas compañías.

José María e Ignacio Soto.

1 comentario:

CRPS León dijo...

Estoy de acuerdo con la educación para el niño y adolescente para que sepan comportarse.