Hoy en día están de moda las películas de superhéroes, esos personajes que se dedican a salvar el mundo de todos aquellos malvados que intentan abusar de la ciudadanía. En estos momentos, en este país, haría falta alguno que nos librase de la tremenda lacra de la corrupción.
En mi experiencia, los héroes con poderes sobrenaturales no existen, solo personas comprometidas e implicadas para con los demás sin pedir nada a cambio. Por poner un ejemplo en el barrio de Triana, Cáritas es una institución que trata de ayudar a los más desfavorecidos del barrio, no solo dando consuelo sino solucionando algunos graves problemas de los vecinos, sacando de las calamidades a personas que pasan hambre y están desesperadas. (Enrique).
Apoyo a esas personas que son solidarias porque es condición humana preocuparse por los demás. El otro día en un canal de televisión vi a un vecino de mi barrio, que después de su trabajo nocturno recogía fruta y verduras desechada de Mercasevilla para llevarla al banco de alimentos y así fuese repartida para las personas necesitadas. Creo que todos podíamos poner algo de nuestra parte para cambiar este mundo lleno de egoísmos, lleno de necesidades. (Rosa).
Personalmente conozco a muchas personas que trabajan de forma desinteresada en Cáritas de mi pueblo, Coria del Río, para ayudar a familias que están desestructuradas y en riesgo de exclusión social. Por ejemplo, Rafael es electricista y coordinador del proyecto Rayuela, una especie de espacio educativo que trata de ayudar desde la educación a los hijos de estas familias, ofreciendo clases de distintas asignaturas y además organizan excursiones y campamentos de verano. Rafael es uno más de las personas que podríamos llamar héroes de barrio, pero tras el hay otras personas menos conocidas que realizan labores tan importantes como las de el, pero que nos resulta más difícil de reconocer. (Lorenzo).
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